sábado, 28 de marzo de 2009


SOBRE LOS MÚSICOS Y LOS POETAS


ACERCA DE RICHARD WAGNER EN LA POESÍA DE CHARLES BAUDELAIRE

La música de Richard Wagnar como lo fue en muchos otros artistas alcanzó también una importancia decisiva en la poesía de Charles Baudelaire quien le domostró su gran admiración al músico en una carta que le dirige el 17 de febrero de 1860
Baudelaire descubrió a Richard Wagner en oportunidad de escucharlo en el Teatro italiano de Paris, con fragmentos de Tannhauser , Lohengrin, la obertura del Holandes errante y de Tristan e Isolda. El poeta se sorprende cuando advierte la melodía tonal corta y recurrente de los sonidos de esas composiciones, lo que en música se denomina leimotiv y que por asociación se lo identifica con un determinado contenido poético por su relación con los colores y los símbolos. Wagner utiliza dicho estilo para lograr sus efectos deseados, a lo que se agrega el uso que hace del contrapunto, la relación entre dos o más voces que son independientes entre ritmo y armonía. Y ocurre que Bauedelaire explora también en su lírica todos los juegos de combinaciones que se pueden hacer posible con los distintos sonidos e imágenes inesperadas. Ambos artistas quieren encontrar en estos aspectos una concepción perfecta de lo que para ellos debía ser la forma. En esa búsqueda el compositor une la melodía a la armonía y a la orquesta. En Baudelaire los sentidos son también expresiones múltiples de una unidad en el mundo sensible y el mundo de las ideas que se corresponden. Es lo natural y lo esencial que entre si convergen y esa unidad que él descubre en Wagner es lo que siente como un ascenso y con la que se halla realmente identificado.
Se debe tener también en cuenta que ambo están en la búsqueda de un arte nuevo. Lo que intentan es romper con el romanticismo que ya se encontraba en decadencia, dejar la parte excesivamente sentimental en las obras y dar una mayor importancia a la melodía y armonía.
Pero el músico y el poeta están unidos también en otro aspecto. Wagner es el creador del drama musical y escribe su propios libretos basándose en leyendas germanas medievales y mitos
con personajes que suelen ser dioses, héroes o semi dioses que para él significarán el bien y encuentra en la rebelión el mal de la humanidad. Baudelaire no sólo admira la continua fluidez musical que hay en este compositor si no que en la segunda sección de su obra Las flores del mal, Cuadros parisinos, luego de ser el mismo testigo de lo que sucede en las calles de Paris comienza a entender que el problema esencial de la condición humana es el mal y el mal está presente en su poesía a través de la revelación que él hace del demonio. Esto explica que tanto Richard Wagner como Charles Baudelaire le dan también una gran importancia a los fenómenos psicológicos. Ambos oscilan entre lo sublime y lo diabólico, lo ideal y lo grosero.
Todos estos aspectos señalan porqué el poeta parisino se sentirá siempre identificado con la música de Wagner. En él que halla hasta sus últimos días toda la grandeza de una estética nueva para el arte.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio